martes, 16 de febrero de 2010

Oda a las cagadas



Porque el gran Gustavo Adolfo Bécquer siempre tiene algo con lo que identificarme.
Al menos no es eso de "Mi vida es un erial..." (al menos hoy no).

Y es que las cosas en apariencia dulces pueden amargarte un verdadero postre.

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mis labios una frase de perdón;
habló el orgullo y se engugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino El(la) por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por qué callé aquel día?"
Y el(la) dirá: "¿Por qué no lloré yo?"

*****

2 comentarios:

Cristina dijo...

que poetica sgue mi primavera infinita...

un besazooo

*Martina* dijo...

Pero bueno,primavera...qué tristona!!Qué ocurrió??Cuéntame...a ver...

No quiero q estés triste, cuore...
:(

PD.Jeje, puedes quitar mi blog de "tus amigos", q hace unos meses que me lo quité...

Un besito!