Dicen que no aprecias algo hasta que lo pierdes.
Yo, la verdad, siempre he apreciado mucho mi ciudad, Zaragoza, pero ahora que no vivo en ella es cuando verdaderamente aprecio pasear por el centro.
Voy descubriendo lo que echo de menos donde vivo actualmente. Escudriño las caras de la gente con el deseo de encontrarme con algún conocido y miró con cariños los rincones que alvergan algún recuerdo.
Se que no lo he perdido, pero ya no está al salir de mi portal.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Bueno flor... pero a partir de ahora, los findes se van a ocupar creando nuevos recuerdos de tu nueva ciudad... Un besazo y vuelve pronto
Publicar un comentario