
Desearía gritarlo.
Gritarte.
Porque me vuelves loca.
Porque lo sabes y lo se.
Porque no me dices nada.
Porque cuando lo haces vuelvo a recaer.
Porque estoy harta de jugar y nunca ganar.
Porque con mi victoria tú no perderías.
Porque... como no me atrevo a gritarlo lo escribo a sabiedas que no lo leeras.