Dicen que no aprecias algo hasta que lo pierdes.
Yo, la verdad, siempre he apreciado mucho mi ciudad, Zaragoza, pero ahora que no vivo en ella es cuando verdaderamente aprecio pasear por el centro.
Voy descubriendo lo que echo de menos donde vivo actualmente. Escudriño las caras de la gente con el deseo de encontrarme con algún conocido y miró con cariños los rincones que alvergan algún recuerdo.
Se que no lo he perdido, pero ya no está al salir de mi portal.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
lunes, 28 de septiembre de 2009
Autenticidad que no falte
Nápoles, una ciudad que te gusta o no te gusta. Pero es como es: Napoli, con esencia propia.
Caótica, ruidosa, gris, pero bañada por el mar que la ilumina y tan cercana. Es auténtica, tal cual, sin tapujos.
Hoy quizá mi cabeza se sienta un poco como Nápoles, sin tapujos, caótica, gris pero iluminada.
En definitiva que gusta o no gusta, pero la autenticidad que no falte.
jueves, 4 de junio de 2009
De tanto en tanto
De tanto en tanto es unno de esos días.
Uno de esos días en que... necesitas un abrazo.
Un abrazo fuerte y consistente.
Un agrazo, quizá, nunca recibido.
Y no es que no te sientas querido, para nada.
Solo es... es que necesitas eso unca obtenido pero tantas veces visto.
Necesitas esa cara en tu propia piel.
Una cara de felicidad infundada (o bien fundada)
y seguridad ciega.
De tanto en tanto sucede.
Llegará un tanto que no sucederá más.
LO HARÁ
miércoles, 20 de mayo de 2009
Y GRITAR!!!!!!!
domingo, 17 de mayo de 2009
Quizá no se volar, pero he aprendido a planear.
Quizá no se volar, pero he aprendido a planear.
Planear evita el dolor de una caida inminente. Se trata de una caida paulatina y almohadilleada que no tiene porque llegar al suelo abruptamente.
Planeando puedes aprovechar el aire para ascender y elevarte consiguiendo alcanzando una meta.
Planeando no hay prisa, hay seguridad, solo hay que saber conducir el timón.
Quien diga que planeando no se puede llegar alto es que no encontró su corriente de aire.
Quizá no se volar, pero he aprendido a planear.
Planear evita el dolor de una caida inminente. Se trata de una caida paulatina y almohadilleada que no tiene porque llegar al suelo abruptamente.
Planeando puedes aprovechar el aire para ascender y elevarte consiguiendo alcanzando una meta.
Planeando no hay prisa, hay seguridad, solo hay que saber conducir el timón.
Quien diga que planeando no se puede llegar alto es que no encontró su corriente de aire.
Quizá no se volar, pero he aprendido a planear.
martes, 3 de marzo de 2009
Razonar-Intuir-Sentir
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